jueves, diciembre 27, 2007

Durero y Cranach

El otro día fuí a ver la exposición de Durero y Cranach en el Thyssen. Esta vez si mereció la pena, a pesar de que no había muchos cuadros como siempre de los autores que dan nombre a la exposición, si que había una buena representación de pinturas de la época.
En la muestra se analiza inicialmente el estatus del artista dentro de la sociedad y de su mundo mas inmediato.
Se incide también en el nivel técnico de los artesanos de Nuremberg, a finales del siglo XV, ha constituido uno de los capítulos más brillantes del arte alemán. Un ejemplo de la maestría de sus orfebres se encuentra en la copa que se exhibe y en la que se intuyen las nuevas ideas estéticas. Durero, en este entorno, colaboró con sus diseños en la elaboración de objetos, como las dos vidrieras ejecutadas por Veit Hirsvogel, el Viejo. También se recogen algunos de los encargos hechos por la ciudad al pintor, como la aguada de Emperador con la dalmática de las águilas.

Después pasamos a ver la escenas profanas , mitológicas , de brujas y desnudos.
Los humanistas y una incipiente burguesía culta coleccionaba este tipo de estampas, dibujos y obras de pequeño formato con temas que tuvieron especial relevancia en Alemania.

Respecto a los desnudos, su obra sufrió un giro significativo tras su primer viaje a Italia. Su prototipo ideal procedía del mundo antiguo. Sin embargo, sus desnudos, con una tendencia severa a la belleza y la proporción, presentan un modelo real en el que se pueden analizar las complexiones del cuerpo humano. La búsqueda de los secretos del arte representativo le llevó durante sus últimos años a la redacción de varios tratados teóricos mediante los que quería enseñar, con fundamento, la práctica pictórica.

Una exposición muy recomendable si te encuentras en Madrid.

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