miércoles, mayo 28, 2008

Piloto de Stukas

Acabo de leer Piloto de Stukas, la autobiografía de Hans Ulrich Rudel. Llevaba tiempo detrás de este libro ya que estaba descatalogadísimo, pero gracias a la colección "Memorias de la segunda guerra mundial" logré hacerme con él.
En esta reedición de tapa dura, el papel interior no es bueno, y la traducción deja bastante que desear.
Rudel fue el super as de la aviación alemana.Él solo destruyó 519 tanques soviéticos ,el equivalente a una división blindada , hundió el acorazado Marat , 2 cruceros, 70 embarcaciones fluviales (muchas de ellas en la batalla de Stalingrado) y derribó 11 aviones, uno de ellos con un cañón antitanque que usaba para cazar carros de combate.
Con 2.530 misiones aéreas fué el soldado que recibió la condecoración alemana más alta, la Cruz de Hierro de Caballero en oro con Hojas de Roble, Espadas y Brillantes.
Solo se concedió una.
Rudel no era una persona lista, de educación modesta siempre fue mal estudiante con pésimas calificaciones. Solo le importaba el entrenamiento físico y ser piloto. Debido a sus malas calificaciones logró entrar en la Luftwaffe como piloto de bombarderos en vez de cazas, que era lo que realmente deseaba. Tampoco destacó como piloto en la academia, y cuando comenzó la guerra , no participó ningún ataque contra Polonia o Francia , siendo relegado a misiones de reconocimiento.
Después, fue destinado al frente del Este.

Rudel pilotaba un Stuka, un bombardero de ataque en picado, que en los años iniciales de la guerra demostró ser fundamental en la Blitzkrieg alemana, pero según iban pasando los años quedó obsoleto rápidamente. El Stuka era lento y resistente, y fue destinado al frente del Este por que los cazas soviéticos no eran muy rápidos, ni los pilotos muy buenos además con las grandes extensiones de terreno de Rusia, podía operar con relativa libertad sin encontrarse con cazas enemigos.

Rudel era un nazi convencido y sobre todo enemigo del bolcheviquismo, asi que se entregaba a su labor con un fanatismo exacerbado. De hecho parte de sus éxitos se deben, a una combinación de suerte y habilidad.
Al principio comenzó con misiones de apoyo a la infantería en tierra, luego siguió con ataques a buques, donde se lanzaba en picado sin pensárselo dos veces entre las defensas antiaéreas, y finalmente acabó cazando tanques con un Stuka especial modificado para esta tarea.
El Stuka al ser muy lento era muy malo para el combate aéreo según avanzaba la guerra, pero Rudel comenzó a probar de modo experimental un Stuka que llevaba montado un cañon anticarro. Resulta que al ser tan lento, era muy estable para disparar. Fue todo un éxito y pronto empezaron a armar más Stukas con esa configuración formando un ala anticarro al mando de Rudel llamada Panzerknacker.


Rudel fue el azote de los blindados en el Este, cada vez destruía más y más y mientras le iban concediendo condecoraciones más altas , recibía la orden de dejar de volar para dedicarse solo a instruir. Rudel rechazaba siempre el ascenso y la condecoración si no se le permitía seguir volando. Hitler en persona le prohibió en repetidas ocasiones el seguir volando y Rudel se negaba, hasta el punto que llegó a desobedecer estas órdenes y seguir volando en secreto.
Al final le dieron por imposible ya que seguía volando con un avión obsoleto y con el cargo de general.
Tal era el fanatismo de Rudel que estando herido de gravedad, pedía el alta a los doctores y como tenía una personalidad un tanto intratable le daban el alta deseando que volviera al frente para que ya no volviese. La situación más extrema fue cuando le amputaron una pierna , y aún asi sin haberse recuperado, en dos meses logró que le adpataran un avión para seguir volando con el muñon ensangrentado y sin poder realizar todas las maniobras posibles con el avión ya que había un pedal que no podía accionar.

Rudel destruyó en servicio más de 40 Stukas propios en las misiones que realizó y sobrevivió a todos los accidentes que tuvo, fue derribado varias veces, huyó del enemigo, participó en Stalingrado y en la defensa de Berlín, para al final entregarse a los americanos y británicos, ya que su cabeza tenía un alto precio para los rusos, que buscaban matarlo.
Sobrevivió a la guerra , estuvo de prisionero hasta 1948 y murió en 1982. En la posguerra residió en Argentina, se le relacionó con las empresas de Menguele, mantuvo lazos con otros dirigentes nazis durante toda su vida. Escaló el Aconcagua dos veces a pesar de tener una pierna ortopédica.
Nunca renunció al nazismo incluso después de conocerse el Holocausto y siguió convencido de esa ideología hasta el día de su muerte

Si hubiera habido 100 como él, no quiero ni imaginar lo que habría sucedido en el frente del Este.
Miedo me da pensarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perdona por parecer un poco tiquis-miquis, pero 500 tanques no equivalen a una división acorazada, sino a un cuerpo de ejército blindado.